La fe no es un mero conocimiento, al que se puede acceder sin comprometer la propia vida. Involucra la decisión de arrojarse confiadamente en los brazos de Dios, de dejarse transformar por su gracia, de amarlo de todo corazón.
sábado, 10 de diciembre de 2016
Celebración o liturgia familiar para el tercer domingo de Adviento
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