La fe no es un mero conocimiento, al que se puede acceder sin comprometer la propia vida. Involucra la decisión de arrojarse confiadamente en los brazos de Dios, de dejarse transformar por su gracia, de amarlo de todo corazón.

lunes, 9 de marzo de 2020

#Columna La Conferencia del Episcopado Mexicano y los perros que nunca ladraron… @Alexa_Metanoia @IyForganizacion

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