La fe no es un mero conocimiento, al que se puede acceder sin comprometer la propia vida. Involucra la decisión de arrojarse confiadamente en los brazos de Dios, de dejarse transformar por su gracia, de amarlo de todo corazón.

martes, 10 de abril de 2018

#Columna ¿Cómo mejorar en la formación de los hijos?

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