PARA EL REZO INDIVIDUAL, EN LAS PARROQUIAS Y EN LAS COMUNIDADES.
“Pidamos la ayuda de María Santísima para que la Iglesia en todo el mundo anuncie con sinceridad y coraje la Resurrección del Señor y dé testimonio válido con signos de amor fraterno. Recemos en modo particular para que los cristianos que sufren persecución sientan la presencia viva y confortante del Señor Resucitado”. Papa Francisco
Jesús recorre las calles de nuestros tiempos cargando con su cruz nuestras fatigas y nuestros sufrimientos. Llora con las madres que pierden a sus hijos en las guerras sin sentido, siente dolor por los golpes e insultos de los cristianos que sufren persecución a causa de su fe, tiene sed y hambre junto a millones de personas a las que les falta el pan y un poco de agua y muere en la cruz sin culpa, como los niños inocentes a los que no se les deja nacer.
El camino de Cristo hacia el Calvario ya no recorre las calles de Jerusalén sino cualquier país donde hay persecución religiosa, intolerancia, injusticia y violencia.
Que nuestra oración de hoy nos acerque con la mente y con el corazón a aquellos que viven su propio vía crucis y que necesitan la fuerza, la gracia y la esperanza para seguir hacia la victoria.
Señor, en ocasiones, vivimos la vida llena de espejos que nos permiten vernos sólo a nosotros mismos. Permítenos salir de este egoísmo y ser generosos al compartir la fe y el amor. Permítenos cambiar los espejos por las ventanas y ver las necesidades de nuestros hermanos, de nuestra Iglesia.
I. Jesús es condenado a muerte
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Pilato mandó sacar a Jesús y dijo a los judíos: “Aquí tenéis a vuestro rey”. Pero ellos le gritaban: “¡Fuera, fuera, crucifícalo!” Pilato les dice: “Pero ¿cómo he de crucificar a vuestro rey?” Respondieron los príncipes de los sacerdotes: “Nosotros no tenemos más rey que al César”. Entonces se los entregó para que fuera crucificado» (Juan 19, 13-16).
Pakistán
Shahbaz Bhatti, el ministro de las Minorías, católico, fue condenado a muerte por los islamistas radicales y asesinado a tiros por defender a los más desfavorecidos y perseguidos por la fe. Antes de su muerte dejó un testamento espiritual en cual escribió: «El amor por Cristo me hace feliz. No quiero popularidad, no quiero posiciones de poder. Sólo quiero un lugar a los pies de Jesús. Quiero que mi vida, mi carácter, mis acciones, hablen por mí y digan que estoy siguiendo a Jesucristo. Este deseo es tan fuerte en mí que consideraría un privilegio el que, en este esfuerzo y en esta batalla por ayudar a los necesitados, a los pobres, a los cristianos perseguidos de Pakistán, Jesús quisiera aceptar el sacrificio de mi vida. Quiero vivir por Cristo y quiero morir por él. No siento miedo alguno en este país».
Señor, que fácil es acusar falsamente a alguien que quiere seguirte y gritarle «¡fuera, fuera, crucifícalo!»…
(Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
II. Jesús carga con la cruz
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Los judíos tomaron a Jesús y cargándole la cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario» (Juan19,17).
Egipto
En diciembre de 2016 los fieles estaban rezando en la catedral copta de San Marcos en El Cairo. De repente se oyó una gran explosión. Una bomba estalló dentro del templo quitando la vida a 25 personas. Los cristianos egipcios, tanto católicos como ortodoxos, cada vez que cruzan las puertas de los templos arriesgan sus vidas. El terrorismo islámico les tiene en el punto de mira.
Señor, cuántas personas tienen que cargar con la cruz de la violencia y sufrir las consecuencias del terrorismo…
(Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
III. Jesús cae por primera vez
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba; no aparté la cara ni los ultrajes ni de las salivas que me echaban» (Isaías 50,6).
Francia
El padre Jacques Hamel, sacerdote mártir de 85 años de edad fue asesinado por ISIS en julio de 2016. Antes de la muerte dijo un día a su compañero: «Voy a trabajar hasta mi último aliento». Y así fue. El sacerdote fue degollado por un terrorista mientras celebraba la Eucaristía en un pueblo al norte de Francia. En 2015 a causa de la violencia perdieron la vida 22 agentes pastorales: sacerdotes, religiosos y religiosas. El año 2016 ha tenido un resultado similar. Todos ellos dieron su vida por defender la verdad del Evangelio. No cayeron ante el odio y la crueldad. El Santo Cura de Ars decía: «El sacerdote no es para sí mismo. Él no se da la absolución. No se administra los sacramentos. No es para sí mismo, lo es para vosotros». Hasta la muerte.
Señor, dales fuerza a los actúan en tu nombre. Que no cesen ante las amenazas y cumplan su vocación en santidad…
(Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
IV. Jesús encuentra a su Madre
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: “Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción, ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones”» (Lucas 2,33-35).
Siria
Desde hace seis años la población siria vive bajo los tiroteos y bombardeos. El conflicto causó la muerte de más de 320.000 inocentes. Otros once millones tuvieron que abandonar sus casas y buscar el refugio en los países vecinos. Su nuevo hogar se llama: «el campo de refugiados». Los cristianos sufren el doble: les afecta tanto la guerra como la persecución por parte de los grupos radicales. El padre Halemba, responsable de Ayuda a la Iglesia Necesitada para Oriente Medio asegura que «los niños han sido asesinados a sangre fría por francotiradores o como resultado de la tortura y las ejecuciones. Sin ayuda externa, muchas personas no sobrevivirán…»
María, Madre de Jesús, mira las lágrimas de tantas madres que pierden a sus hijos por la violencia, guerra, discriminación e intolerancia…
(Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
V. El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Cuando llevaban a Jesús al calvario, detuvieron a un cierto Simón el Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para llevarla, detrás de Jesús» (Lucas 23,26).
Madagascar
El padre Pedro Opeka es un misionero argentino que lleva más de 40 años trabajando con los más miserables de Madagascar. Los pobres le llaman «el albañil de Dios» porque construyó 17 barrios para 25 mil personas que antes vivían en el basurero. El mismo comenta: «Cuando llegué, vi miles y miles de personas que vivían de uno de los basurales más grandes del mundo. Esa noche no dormí y le pedí a Dios que me diera fuerzas para rescatarlos de ahí». Se calcula que en su largo servicio misionero ha ayudado a medio millón de personas a reducir su pobreza extrema. Como el padre Pedro hay centenares más, misioneros y misioneras, que en silencio y sin el flash de las cámaras cumplen su misión llevando el amor de Cristo a los rincones más olvidados del mundo.
Señor, hoy el mundo necesita más que nunca a «los cireneos» como este anciano. Que yo sea generoso y sepa compartir lo poco que tengo con los que necesitan más que yo…
(Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
VI. La Verónica limpia el rostro de Jesús
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Muchos se horrorizaban al verlo, tan desfigurado estaba su semblante que no tenía ya aspecto de hombre» (Isaías 52,14).
Yemen
Las cuatro Misioneras de la Caridad, congregación fundada por la Santa Madre Teresa de Calcuta, atendían un albergue para los ancianos y discapacitados en la ciudad de Adén, en Yemen. Día tras día limpiaban los rostros de las más necesitados y afligidos. Su única misión era servir y el precio de esta desinteresada misión fue la muerte. En marzo de 2016 un grupo de extremistas islámicos entró en la casa y brutalmente asesinaron a las hermanas. La hermana Cyrene, provincial de aquella congregación para Italia, en una entrevista confirmó: «Nosotras no dejamos a los pobres. Es impensable. La Madre Teresa nos ha enseñado esto. Si estamos solas y no tenemos personas a las que cuidar, ante el peligro, cambiamos de lugar, vamos a otra parte. Pero si tenemos a los pobres, los enfermos, los paralíticos… ¿cómo podríamos? La Madre siempre lo ha dicho así, aún la recuerdo en Beirut con los niños bajo los bombardeos. Así lo hicimos hace años en Liberia. Así lo hacemos en Siria. Y así lo hacemos también en Yemen».
Señor, abre mis ojos y permíteme ver tu rostro en los más miserables, olvidados y no deseados. Hazme instrumento de tu amor…
(Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
VII. Jesús cae por segunda vez
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Eran nuestros sufrimientos los que llevaba, nuestros dolores los que le pesaban… Ha sido traspasado por nuestros pecados, deshecho por nuestras iniquidades…» (Isaías 53,4)
Irak
Hace 15 años en Irak había cerca de dos millones de cristianos, hoy no quedan ni 180.000. Los terroristas del Estado Islámico se han apoderado de los pueblos y barrios cristianos destruyendo sus casas, iglesias, escuelas y negocios. Miles de seguidores de Cristo se vieron obligados a abandonar sus hogares y refugiarse en los países vecinos reconstruyendo su vida de nuevo. Otros fueron crucificados o decapitados convirtiéndose en mártires de nuestros tiempos. Tres ancianas milagrosamente se libraron de las manos de terroristas, les dijeron: «Sois viejas, no merece la pena gastar balas con vosotras».
Señor, mira el sufrimiento de miles de refugiados que han perdido todo por serte fieles. No permitas que caigan en desesperanza y angustia…(Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amen.
VIII. Jesús consuela a las mujeres
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se lamentaban y lloraban por Él. Vuelto hacia ellas les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos» (Lucas 23, 27-28)
Nigeria
Es el país más herido por la persecución religiosa en África. Desde el año 2002, el grupo radical islamista Boko Haram se dedica a destruir a las comunidades cristianas. Algunas fuentes hablan de que 17.000 cristianos han sido asesinados por sus creencias, un gran número de casas han sido destruidas, incluyendo 13.000 iglesias que o bien se han reducido a cenizas o se han cerrado por falta de fieles. Más de dos millones de seguidores de Cristo se han visto obligados a marcharse de sus hogares para encontrar un lugar seguro donde vivir. Sin embargo, los ataques terroristas de Boko Haram han dado el efecto totalmente contrario de lo que esperaban los islamistas. Según los informes, el número de creyentes ha aumentado un 31% en los últimos años y la asistencia de los fieles en los actos litúrgicos ha crecido visiblemente. El otro «milagro» que vive la Iglesia en Nigeria es el número de vocaciones sacerdotales. Actualmente, en 12 seminarios que siguen funcionando, hay unos 5.000 seminaristas que tienen la intención de ordenarse en los próximos años y «sanar» las heridas de tantos cristianos, víctimas de los atentados.
Señor, a pesar de tanto sufrimiento consuelas a tu pueblo y la sangre de los mártires es la semilla de nuevos cristianos… (Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
IX. Jesús cae por tercera vez
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos y os aliviaré. Cargad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas» (Mateo 11, 28-29).
India
Sulaiman, un niño de la India, fue internado a los ocho años en una escuela coránica para prepararse para ser imán. A los 13 años comenzó a predicar públicamente, y a los 18 se convirtió en uno de los imanes más jóvenes del mundo. Sin embargo, las contradicciones que encontró en el Corán le llevaron a buscar respuestas a los interrogantes que planteaba a sus propios maestros, y no sabían contestar. Su fascinación por la figura de Jesucristo le empujó a visitar un centro de espiritualidad católica donde, con el tiempo, encontró las respuestas que llenaron su alma de profunda paz interior. Su conversión al catolicismo provocó gran conmoción dentro de la comunidad musulmana y en el entorno familiar. Fue secuestrado por su padre y otros familiares. «Si todavía deseas ser un cristiano, entonces no tengo otra opción que matarte» ―le dijo su propio padre. Con un cuchillo en la mano intentó quitarle la vida, pero Sulaiman (hoy, Mario Joseph) escapó. Con emoción confiesa: «Seguí a Cristo ofendiendo a mis padres, que me educaron, a mis seres queridos: hermanos, hermanas, parientes y mis compañeros de trabajo. Pero estoy seguro de una cosa, que finalmente he encontrado la verdad y he llegado a la casa de mi Padre. Por lo tanto, soy muy feliz. En el camino por delante no estoy solo porque Él estará conmigo. Sé que Cristo no me dejaría solo».
Señor, dales fuerza a los conversos, no les dejes solo. Acompáñales y alíviales. Que el ejemplo de nuestra vida cristiana les ayude a encontrarte… (Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
X. Jesús es despojado de sus vestiduras
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Llegados al lugar llamado Gólgota le dieron a beber a Jesús vino mezclado con hiel, pero él, habiéndolo probado, no quiso beber. Los que lo crucificaron se repartieron sus vestidos a suertes» (Mateo 27,33).
España
El ayuntamiento de Pamplona permitió la exposición sacrílega de un artista, que tras robar más de 240 formas consagradas de misas simulando que iba comulgar, las dispuso en el suelo dibujando la palabra «pederastia». Por otra parte, los políticos de izquierdas quieren eliminar la cruz de la plaza pública en Callosa de Segura. En Madrid, en 2016, no se permitió poner el tradicional nacimiento de Cristo en la Puerta de Alcalá. ¿Quién está detrás? ¿Quién intenta despojarnos de nuestra tradición cristiana y eliminar la fe de la vida pública? No olvidemos las palabras de San Juan Pablo II: «Un mundo sin Dios termina construyéndose antes o después contra el hombre».
Señor, líbrame de mi intolerancia y mis prejuicios… (Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
XI. Jesús es clavado en la cruz
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda» (Lucas 23, 34).
Arabia Saudí
En este país el tema de la libertad religiosa ni se contempla. De hecho, en Arabia no existe ni una iglesia y los sacerdotes oficialmente no pueden entrar en su territorio. Más aún, está prohibido poseer cualquier símbolo religioso que no sea musulmán. Si en los aeropuertos se detectan biblias, rosarios o cruces, son confiscados de inmediato. «Los cristianos pueden rezar sólo en sus casas, sin reunirse con otras personas, incluso si son parientes o amigos». Camille Eid, un católico libanés, vivió dos años en Arabia Saudita y recuerda que «tenía miedo de felicitar por Pascua y Navidad incluso por teléfono porque temía que alguien pudiera estar escuchando».
¿En estas condiciones es posible mantener viva la fe católica? Desde luego que sí. La fe supera el miedo y lleva al verdadero heroísmo a los fieles y sacerdotes que clandestinamente y bajo amenazas se reúnen en las celebraciones litúrgicas. Por falta de presbíteros, son los laicos los que desempeñan un papel muy importante en la transmisión de la fe. No lo dudes, ¡Cristo vive en Arabia Saudí!
Señor, aumenta mi fe. Que esté orgulloso de ser discípulo tuyo, que no ponga más clavos en tus manos y pies con mi vergüenza y miedo… (Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
XII. Jesús muere en la cruz
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Hacía la sexta hora, las tinieblas cubrieron la tierra hasta la hora nona. El sol se eclipsó y el velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, con fuerte voz dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y al decir esto, expiró» (Lucas 23, 44-46).
Corea del Norte
Kim Eun Jin es una mujer cristiana de 31 años que proviene de Corea del Norte, uno de los países más hostiles para los cristianos. En el año 2005, Kim y su familia huyeron del país en el que pasaron por un auténtico calvario. Lo relata en una entrevista: «Nos decían que Dios no existe pero nos obligaban a rezar a los dirigentes políticos del país, a los Kim-Jong. Nuestra familia se reunía en un pequeño cuarto de nuestro apartamento, debíamos de ser muy silenciosos, incluso susurrábamos al orar y al leer la Biblia. A veces nos cubríamos con mantas para reducir el ruido. En ocasiones, mis padres me pedían que estuviese fuera del apartamento para vigilar que no se acercara nadie, mientras ellos rezaban».
Los comunistas descubrieron que la familia de Kim era cristiana. Arrestaron a su padre y le ubicaron en uno de los campos de trabajos forzados. Desapareció para siempre como otros 300.000 cristianos. Con los ojos llenos de lágrimas Kim añade: «Creo que mi padre está en el cielo y desde allí está rezando por Corea y por mi familia».
Señor, que los mártires de nuestros tiempos y los que dan la vida por los demás, como tú la diste, gocen de tu gloria en el cielo… (Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
XIII. Jesús es bajado de la cruz
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«Un hombre llamado José, el cual era del Consejo, hombre bueno y justo, quien esperaba también el reino de Dios, que no había estado de acuerdo con la resolución de ellos, en sus actos, fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Después lo bajó, y lo amortajó en una sabana» (Lucas 23, 50-53).
China
El P. Juan Yongmu, perseguido y encarcelado por el régimen comunista chino, relata: «Mi primer proceso popular tuvo lugar en mi pueblo, en Niupidi. Durante este proceso algunos activistas cristianos, instigados por el Partido, relataron sus acusaciones y denuncias contra mí. Sólo podían hablar para acusarme. Yo no podía defenderme y no me estaba permitido hablar. […] Para el segundo proceso popular, me llevaron a otra aldea. Para el tercero, me arrastraron a mi ciudad natal. Cada vez, la misma comedia organizada, es decir, gritos furibundos y trato de bárbaros. Sólo los bárbaros pueden concebir y realizar esta farsa de “procesos populares”. Aún hoy, recuerdo a los que me atacaron durante el proceso. A algunos se les obligaba a acusarme, sin poder hacer otra cosa. Por eso no les guardo ningún rencor». El P. Luis Montes, misionero en Irak, añade: «Aquí, los cristianos perdonan antes de que se les hable del perdón».
Señor, enséñame a perdonar y pedir el perdón… (Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
XIV. Jesús es sepultado
Te adoramos. Señor Jesucristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.
«José tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, y lo depositó en su propio sepulcro nuevo, que había hecho cavar en la roca. Hizo rodar una piedra grande a la puerta del sepulcro y se retiró» (Mateo 27, 59-60).
Rusia
Desde la revolución bolchevique en 1917, el partido comunista durante décadas hacía todo lo posible para borrar la religión no sólo de la vida pública sino de la mente humana. Según el actual gobierno de Rusia, entre 1917 y 1985 en la Unión Soviética fueron asesinados unos 200.000 sacerdotes y monjes católicos y ortodoxos. Más de 70 años de cruel persecución religiosa. En junio de 2013, por primera vez, después de 95 años, se celebró por las calles la procesión del Corpus Christi en Rusia. Sepultaron a Jesucristo durante tantos años pero al final llegó el triunfo, la victoria, la resurrección.
¡Incluso viviendo largos vía crucis, siempre queda esperanza!
Señor, que cada cristiano, pueda practicar su fe en verdadera paz, en un sitio digno y respetuoso. Que los perseguidos por tu nombre puedan salir de sus sepulcros y catacumbas y puedan con gozo alabar tu Santo Nombre… (Silencio)
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Oración final:
Dios nuestro, que en tu misteriosa providencia has querido asociar tu Iglesia a los sufrimientos de tu Hijo, concede a los fieles que sufren persecución a causa de tu nombre, el don de la paciencia y de la caridad, para que puedan dar testimonio fiel y creíble de tus promesas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Padre nuestro…
Dios te salve…
Gloria al Padre ....
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