La fe no es un mero conocimiento, al que se puede acceder sin comprometer la propia vida. Involucra la decisión de arrojarse confiadamente en los brazos de Dios, de dejarse transformar por su gracia, de amarlo de todo corazón.

domingo, 23 de agosto de 2015

Con los catequistas experimentamos “el abrazo y la ternura de Jesús”

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