La fe no es un mero conocimiento, al que se puede acceder sin comprometer la propia vida. Involucra la decisión de arrojarse confiadamente en los brazos de Dios, de dejarse transformar por su gracia, de amarlo de todo corazón.
miércoles, 22 de julio de 2015
“Agradezco esta declaración. Deseo que haga mucho bien”, escribe el Papa en el Acuerdo de los Alcaldes del mundo
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