La fe no es un mero conocimiento, al que se puede acceder sin comprometer la propia vida. Involucra la decisión de arrojarse confiadamente en los brazos de Dios, de dejarse transformar por su gracia, de amarlo de todo corazón.

miércoles, 24 de junio de 2015

¿Tatuajes? ¡Dios nos agarre confesados!

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