La fe no es un mero conocimiento, al que se puede acceder sin comprometer la propia vida. Involucra la decisión de arrojarse confiadamente en los brazos de Dios, de dejarse transformar por su gracia, de amarlo de todo corazón.

domingo, 22 de marzo de 2015

Milagro en Nápoles: La sangre de San Genaro se licúa ante el Papa Francisco

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