La fe no es un mero conocimiento, al que se puede acceder sin comprometer la propia vida. Involucra la decisión de arrojarse confiadamente en los brazos de Dios, de dejarse transformar por su gracia, de amarlo de todo corazón.

jueves, 5 de marzo de 2015

Con esta historia la abuela del Papa Francisco le enseñó el valor de los ancianos

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